viernes, 29 de junio de 2012

EL AMOR DE UNA MADRE

El amor de una madre

Esta historia me la contó una amiga y empieza asi:
Dos amigos estaban tomando un café y le dijo uno al otro ¡Con tono de queja!.
Mi madre me llama mucho por teléfono a la oficina y solo para decirme que vaya a conversar con ella, siempre la misma rutina que "Se siente sola" la verdad yo voy muy poco, y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser, ya sabes como son los "Viejos".Cuentan las mismas cosas una y otra vez y sin mencionar los achaques que dice cada día, siempre igual y bueno como tu sabes, me falta tiempo, que el trabajo, que los amigos que las ocupaciones en la casa; en fin sabes como es todo no?....
El otro amigo se quedó muy callado y respondió.Yo en cambio converso mucho con mi madre; cada vez que estoy triste, voy con ella, cuando me siento solo o cuando tengo algún problema y necesito fuerzas, acudo a ella y eso me conforta y me da fortaleza y siempre termino sintiéndome mejor.

Caramba.Se apenó el otro.Eres mejor que yo; no lo creas, soy igual que tú, o al menos eso respondió el amigo con mucha tristeza.
 En realidad yo visito a mi madre en el cementerio. Pues murió hace bastante tiempo, pero mientras estuvo conmigo, yo no converse con ella y pensaba lo mismo que tu.Pero no sabes cuanto la echo de menos.¡Cuanto daría por sentir sus caricias que con tanto amor me prodigaba! y yo rechazaba porque "Ya no era ningún niño" ó cuanto me pesa no haber escuchado sus consejos que con tanto amor me daba, y cuando con torpeza me decía.
 Ay amigo si supieras ahora como la busco y ademas es mi mejor amiga.Cuando sentado en la tierra fria del Camposanto mirando su foto en la losa gris que la puse "Te amo" (Palabras que nunca escucho de mis labios) le ruego que me perdone por haber sido tan mal hijo, por las veces que la mentí y por los besos que no la dí. Ella yo siento me responde cuando una brisa acaricia mi cara y yo sé que ella me perdonó desde donde esté.
 Por eso te digo que converses con la tuya ahora que la tienes y valora su presencia.
Resalta sus virtudes, deja a un lado sus errores.
No esperes a que este en el cementerio porque ahí la reflexión duele hasta el fondo del alma
No permitas que te pase lo que me pasó a mi.
 En el camino iba penando en las palabras de su amigo y cuando llegó a la oficina dijo a su secretaria.
Comuníqueme por favor con mi madre, y no me pase ninguna llamada; pues quiero pasarla todo el día con mi madre.
¡No dejes de pasar ni un día sin decir ·Te amo mamá...!
 (Las flores hay que darlas en vida) 
Maria Luisa Carrillo 29-6-2912
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